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La ley de las balas

LA LEY DE LAS BALAS.

Famoso en el medio social y policíaco de triste memoria, durante varios años se habló de Nicolas Rico Sanchez. Bravucon, peleonero, matón, ebrio consuetudinario y en sus ratos libres jefe aduanal. Vecino del rancho Los Lopez celebre por lo serios problemas que a lo largo de su carrera estuvo involucrado, el mas polémico seria la terrible balacera en la feria de León, que cobrara una cuota sangrienta de vidas. Siempre salia avante a costa y sombra de los políticos y funcionarios de su tiempo. Amigo de Daniel Campos, era temido en su comunidad por lo peligroso que era ya sobrio y no se diga ebrio. La noche del 22 de abril de 1989, después de haber estado tomando en compañía de varios amigos junto a sus familias, entre ellos Alberto Rios Cortés conocida ficha en la policía de su tiempo, acababan la juerga cuando sobrevino una acalorada discusión. Arturo Quiñonez Castillo agente de policía preventiva, había desarmado a Salvador Ordaz, yerno de Alberto Rios quedando de regresarsela, cuando estuviera tranquilo pues estaba muy tomado. Ya de salida de la "Granja Karla" donde convivían, Arturo le regresó el arma a su dueño pero sin el cargador. Esta actitud lo molestó, sin embargo no dijo nada. Fue Alberto Rios quien se burlara de Salvador, por haber dejado que un polizonte de cuarta lo hubiera amonestado. Esta burla irritó a Nicolas Rico, quien al escuchar la mofa, creyó que la bronca era con el, ya que desconocía el incidente anterior. En vano fueron las explicaciones, y al calor de las copas, las armas hablaron. Nicolas Rico, sacó su pistola y lo amagó de muerte, Jorge Emilio hijo de Aberto Rios, se adelantó y de un rápido movimiento le intentó arrebatar la pistola al enojado policía, un tiro se escapó e hirió a Alberto. Aquello detonó la terrífica balacera en el patio de la granja, ahora convertida en una antesala del infierno. Alberto Rios, desenfundó su pistola escuadra y sin mayor miramiento ultimó junto con su hijo Emilio de 11 balazos a Nicolas quien todavía agonizante tirado en el suelo alcanzó a herir en una pierna a Emilio. La refriega alertó a Arturo Quiñonez y Samuel Rico quien llegaba invitado al festín de pólvora y plomo.  Arturo salió armado con una mortífera escopeta con la cual abrió fuego contra los Ríos, misma acción que hizo Samuel con un revolver; a ambos les acribillaron  a corta distancia. Emilio cayó masacrado por ocho disparos, siendo fulminado con el tiro de gracia por Quiñonez Castillo con la escopeta. Samuel Rico hizo lo propio con Alberto Rios, quien a pesar de haber recibido 13 balazos, tuvo fuerzas para rogarle que no lo matara. No tuvo piedad  y proditoriamente le reventó la cabeza de un seco disparo. Así terminaron su días ambos patriarcas, arreglando sus diferencias con el único lenguaje y ley que conocían. La ley de las balas. Todo había quedado entre familia, en vano esquivaron a los muchos enemigos que en vida se agenciaron. Nicolas Rico agente aduanal  y Alberto Rios antiguo jefe de la judicial. ¿Recuerdan?
FIN (Por Jesús Aguas )

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