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La Esposa Del Chacal

LA ESPOSA DEL CHACAL.

Guadalupe Briseño Luna, de 19 años de edad, llevaba mas de medio año separada de su esposo, un energúmeno sujeto de nombre Eduardo Hernandez Muñiz, debido al infierno en que el hogar prometido de dicha y alegría solo quedara en palabras hechas polvo. Varias veces se intentó reconciliar con la joven de madre de una niña procreada con aquel tipo. De ninguna manera regresaría ya a su lado, pues a esas alturas según se sabría después, la joven empezaba a intentar rehacer su vida al lado de otra persona, con quien se cotejaba desde hacia tiempo.
El despechado marido que constantemente se drogaba, emborrachaba y golpeaba a la chica, también padecía de una enfermedad mas contagiosa, mortal e incurable... los celos. El terrible drama de mano de la muerte, no tardar en tocar las puertas de la pareja. Eduardo, se presentó el 7 de junio de 1994 en casa de una de las amigas de su ex esposa, donde desde hacia trece dias residia. Sin mayor presentación, le mandó hablar a su señora, la joven obedeció y en segundos la pareja se reunía en la cochera del domicilio ubicado en la Jol Gua Ber. Guadalupe le pidió a su amiga encerrarse con el bebe en tanto platicaba con su antiguo esposo. No pasaron mas de  2 minutos cuando un aterrador grito de dolor y pánico cimbró la vivienda. Era la joven , quien recibía certeras puñaladas en su frágil humanidad, dadas cobardemente por aquel ser diabólico. El negro ser, la sorprendió con una filosa navaja, ultimandola de mas de 19 certeras heridas. Al darse cuanta del cobarde atentado, la amiga se encerró en su vivienda llamando a la justicia, en tanto el chacal huía en un taxi, aun con las ropas ensangrentadas de su victima. Al llegar a la empresa Hylsa, entregó una carta al taxista a quien le pidió llevarla a su madre, en ella confesaba el artero crimen. Adivinando las intenciones, el chófer avisó a sus amigos y a la policía, quien se presentó en la fabrica justo cuando aquel maldito pretendía suicidarse con una de las maquinas. Fue detenido, y en su declaración dijo no arrepentirse de su siniestro crimen. Decenas de testigos en tanto, rodeaban el cadáver de la esposa, tendido sobre un espantoso charco de sangre a un costado de un automovil, con el cuerpo deshecho a puñaladas. Así terminaron días de maltratos y vejaciones en aquella pareja, en la cual el diablo se divirtió hasta provocar aquel sangriento drama familiar que conmoviera a la ciudad. El feroz asesino, pagó con 32 años de prisión aquella cruel venganza.
FIN
(Por Jesús Aguas )
Redacción Betty Chávez de Ortiz

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