Espíritu Travieso
Desde ase algunos
años vivo en la colonia prado hermoso, mi casa está ubicada junto al río, es la
primera de la calle, recién llegamos a esta me parecía un lugar muy cómodo y
acogedor mi esposo y yo tardamos un poco en terminar de desempacar por las
cuestiones del trabajo, pues contábamos con poco tiempo para estar en casa.
Y a pesar que
desde el inicio notamos cosas extrañas no prestábamos mucha atención pues igual
pensábamos que era descuido de alguno de los dos, en una ocasión mientras las cosa
aun estaban en cajas y maletas al llegar a casa encontramos una de estas cajas
ya vacía y un tanto desecha lo extraño era que el contenido de la caja se
encontraba apilado a un costado de inicio pensamos que alguien pudiera haber
entrado pero analizando nos dimos cuenta de que no era posible puesto que todo
lo demás estaba en orden.
Pasaron un par de
semanas y por fin teníamos toda la casa organizada, pero pasaban muchas cosas
en ocasiones el papel del sanitario estaba todo en el piso y el cono aun puesto,
no solo pasaba esto en ocasiones se encendía el televisor o encendían y apagaba
la luz.
A todo le encontrábamos
una explicación para no vivir asustados, asta que
un día me dieron vacaciones en la empresa y tenia que estar en casa yo sola, en
un inicio me puse bastante nerviosa pues no conocía a nadie de los pocos vecinos
que tenia y tampoco familia cerca de casa para salir a visitarlos y estar un
poco menos tiempo en casa, pero traté de organizarme de manera que estuviera
ocupada la mayor parte del tiempo.
Pero sentía que
alguien más estaba en casa pues podía escuchar pasos y las cosas seguían
cambiando de lugar o cuando yo estaba en el pequeño jardín regando las plantas a
través del cancel que da de la cocina al jardín podía ver que alguien pasaba,
la piel se me erizaba y en ocasiones me quedaba como si estuviera congelada
pues trataba de moverme y estaba paralizada.
Al llegar mi
esposo a casa yo le comentaba y él decía que podía ser el eco de otras casas o
que igual me ponía nerviosa por estar sola, la verdad yo ansiaba que se
terminaran mis vacaciones para no estar
tanto tiempo en casa, cuando por fin regrese a la empresa pues los días eran
mas llevaderos pero a mi me daba miedo la casa, llego el día en que ahora las vacaciones
eran de mi esposo y le tocaría estar en casa.
No tardo ni un
par de días cuando comenzó a platicarme lo que le sucedía estando solo, entonces
comenzó a creer todo lo que yo le cotaba, apenas tenía unos días cuando él ya quería
salir corriendo de casa y mas por que el aseguraba ver a un niño de aproximadamente
8 años caminado en casa, las cosas que sucedían eran tan evidentes que incluso
cuando recibíamos visitas pasaban cosas fuera de lugar.
En una ocasión fue
a visitarnos la abuela de mi esposo quien nos dijo que bendijéramos la casa y así
lo hicimos con la esperanza de que todo se calmara, pero no fue así, alguien nos
comentó que quizá ese niño quería que lo ayudáramos a descansar, pero en
realidad nosotros éramos un tanto escépticos del tema.
Un día yo estaba barriendo
la calle y una vecina me comento que si no me asustaban en casa yo solo sonreí y
le comente que no que todo muy tranquilo, pero ella comenzó a contarme una
historia me dijo que los dueños anteriores de la casa tenían dos hijos y que en
una ocasión los niños estaban en la azotea de la casa al parecer intentaban
atrapar un periquito en uno de estos intentos el animalito estaba muy en la
orilla y José el niño mas grande intento atraparlo por desgracia al dar un paso
largo quedo al filo de la casa y no pudo detenerse cayendo al vacío sin poder detenerse lamentablemente en este
lugar estaba lleno de piedras de rio
como una cerca de piedras lo cual provocó que al golpear su cabeza contra estas
falleciera de manera instantánea, fue esta la razón por la que los anteriores
dueños dejaran el inmueble pues aparentemente la madre de los niños no encontró
consuelo ante tan lamentable perdida.
Por nuestra parte le ofrecimos una misa, pero aun así de
pronto se siguen escuchando algunos ruidos o pasan cosas típicas de las travesuras
de un niño, pero finalmente hemos aprendido a convivir con él y en momentos aun
veo esas piedras y me dan ganas de llevarlas al río ya que me dan muy mala
vibra y pues este fue mi relato buenas noches.
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