Doña Rosario (Leyenda)
Por: Power Maximo
Hola quiero compartir una leyenda poco conocida, pero en la cual aun permanece su esencia espiritual.
Como verán en la foto, es el nuevo museo de león ubicado en la pedro moreno casi esquina con Gante.
En dicho lugar, antiguamente existía una casona habitada por una señora de nombre Rosario. Cerca de la época en que la revolución mexicana había culminado. La señora Rosario con 78 años, y siendo soltera poseía una inmensa riqueza.
La sra. Rosario como cada domingo asistía a la misa de 8 en catedral por lo que dejaba sola su casa. No obstante, Paso cierto tiempo para que doña Rosario conociera a Ana marina. Quien venia fuera de león para vender sus ramitos de flores, vestida con sus mas humildes faldas descocidas y su rostro lleno de sudor mostraba todo el calvario que hacia por llegar a catedral para ofrecer sus ramitos.
La sra. Rosario optó por ofrecerle trabajo en su casona. Doña Rosario era una mujer muy humana y de alma caritativa, pero tenia su carácter cuando era conveniente como toda una jalisquilla.
Ana maria, gustosa le agrado mucho la idea y el ofrecimiento de un trabajo.
Solo le pidió a la sra. Rosario que empezaría la siguiente semana para pedirle permiso a su tata. Ana maria de una edad de 19 años era cuidada por su padre.
Ana maría que ya tenia un novio que vivia cercano a su casa, de nombre José quien a sus 26 años se le conocia como el mas problematico de la región y del que se le conocian varias fechorias por robo a ganado y haber sido acusado por vecinos como violento; esto no impedia a Ana María amarlo con toda su alma, y muchos se preguntaban por que amaba a tal hombre siendo como era; Ana maría nunca lo iva a abandonar.
Cuando un lunes tocaron a la puerta de la casona de la sra Rosario, se trataba de Ana maria acompañada de su querido Tata.
-Tata: Muy buenos dias tenga usted Señora, pues aqui molestandola y trayendole a mi hija quesque pa que le iva a dar trabajo aqui en su casa tan bonita-
-Sra Rosario: muchas gracias Señor, le agradezco sus cumplido y si, asi es yo le mencione a su hija que si le interesaba cuidarme y hacer el quehacer en mi casa, no quiero que se preocupe yo le daré sus centavitos y sobre todo le daré para su taco.
-Pues muchas gracias Señora, si llegara a darle lata mi hija yo mesmo me la sueno.
-No se preocupe señor, y no se moleste en golpearla, se que es una niña muy portada.
-Bueno... Pos muchas gracias Señora, me despido por que tengo mucho trabajo. ai con su permisito.
-Pase usted Seño y buen dia.
El tata de Ana maría se dirijio derechito a la calle real (hoy calle independencia).
Pasale Ana maria que hay mucho que hacer.
Al pasar el tiempo en la casona y con Ana maria acompañando y cuidando a la Sra. Rosario todo era de paz.
Cuando eran las 6 de la tarde, José el novio de Ana maria pasaba por ella a su trabajo, el se quedaba sentado enfrente admirando con envidia toda esa casa tan hermosa e imaginándose viviendo en ella.
Cierta tarde en que salio Ana Maria de la casona se acerco mas José a la puerta para ver si era cierto lo que se imaginaba del lujo de la casa. Pero al seguir la mirada se topo con la mirada de la sra Rosario quien lo observaba con un rostro molesto y limitando a que desviara su vista a fuera de la casona.
Chiviado José tomo del brazo a Ana Maria y sin saludar caminaron a la casa de Ana Maria.
José-vites esa casota Ana?-
Ana Maria- queeee-
José- que si vites esa casota mensa-
Ana maría- pos si, jose, pos yo trabajo ahi pa la señora Rosario-
José- oye y ¿tiene mucho dinero?-
Ana Maria- Pos si, Jose por eso tiene una casota.-
José- No tiagas mensa- agarrali dinero pa sernos ricos.
Ana maria- no Jose, la Sra Rosario es muy guena conmigo.
Jose- Agarrili el dinero mensa- (ya enojado José)
Ana maria.- no lo voy a hacer José y ya callate.
José. -bueno dime dondi esta y yo lo agarro.
Ana Maria- nooo José
José- el dinero es pa´ casarnos y vivier rete bonito. ¿a poco no te gustaria?
Ana Maria- Pos si pero no josé y luego la siñora?
José - la siñora tiene mucho dinero no te priocupes.
Ana maria se sentía muy angustiada por la señora Rosario, pero mas por José quien no se imaginaba que si no aceptaba la iva a abandonar.
Al final Ana Maria acepto.
Ana Maria -Pero solo poquito José.
José - si yo tomo poquito.
José se puso muy contento por la respuesta de Ana Maria.
Al pasar unos dias, Ana maria acordo con José su plan para robarle a la sra Rosario un domingo por la mañana cuando se va a su acostumbrada misa de ocho en catedral.
Siendo diez minutos antes de las ocho del domingo, la sra Rosario salio con prisa a su misa y despidiendose de Ana maria a la vez gritandole apurada por los deberes que faltaba hacer.
sra Rosario- Ya me voy pues Ana, en un rato llego-
Ana Maria- si siñora vaya con dios-
José observaba desde la esquina del antiguo río rata (hoy calle Hermanos Aldama), cuando la Sra Rosario salio derechito hacia catedral.
José, sin tapujos corrio hacia la casona donde Ana maría esperaba con la puerta entreabierta.
Ana María -Corrili José pasale el dinero esta arriba en la alcoba de la siñora en un cofresito cafe.
José - a ta gueno- deja voy.
Ana maria lo sigui detras de el para vigilar a josé y no se llevara todo el dinero.
José tomo el dinero y lo hecho en un costal que saco de su pantalón y metio todo.
Ana Maria- nooo José dija pa la señora.
José la ignoro y nervioso y con el botín se dirijio a la salida de la habitación. pero cual fue la sorpresa que sorpresivamente estaba subiendo las escaleras la Sra Rosario, ana maria había olvidado cerrar la puerta ya que la sra Rosario había olvidado su paraguas.
Sra. Rosario - usted que hace aqui adentro señor?¿que lleva ahi?
José sin contestar corrio y empujo a doña rosario por las escaleras y rodando por un lado de el siendo mas rapido en bajar de las escaleras.
Ana maría asustada grito.
José, nunca se detuvo y Ana maria vio como habia quedado el cuerpo de doña Rosario con la mirada de muerte en sus ojos.
Asustada ana maria corrio tratando de detener a José para ayudar a la señora rosario. pero josé no voltio y Ana maría corrio también atrás de José.
Doña Rosario murió ese día. de Ana maría y de José no se supo de ellos.
Hoy en día en ese lugar se oye realmente los lamentos de doña Rosario deambulando por las escaleras.
Gracias
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