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La Llorona de Guanajuato

La llorona de Guanajuato.



Una de las más viejas leyendas de estos contornos, que no por antigua, pierde fama, sino por el contrario se reproduce con gran frecuencia, es la aparición de una mujer de cabellera desordenada y abundante que llora sus penas en medio del silencio de la noche, cuando todo parece estar en la mas absoluta quietud.
Desde los tiempos de la dominación española, nuestros mas insignes poetas y escritores  que ocuparon del tema y hasta hubo alguien que lo llevó al teatro.
Manuel Carpio Juan de Dios Peza, Vicente Riba Palacio y otros más dieron espacio y escenario en sus letras a la mujer en pena y sobre todo ¿qué trasnochador que la haya visto y oído no refiere la fantástica aparición con riqueza de detalles que hacen temblar de espanto?
Horribles y aterradores son las historias que cuentan aquellos que la han visto alguna vez.
En las retorcidas callejas de Guanajuato el  gemido largo y lastimoso ha tenido eco en los rincones más callados después de las 11 de la noche cuando hay en los callejones más alma que el minero que viene del turno de noche, cansado de rendir la jornada, o el  el trasnochador que a esas horas ya sin encontrar donde seguir la juerga, ve obligado el retorno al hogar.
Lo curioso es que el motivo de tanto dolor, difiere de lugar en lugar y de persona a persona. Unos dicen que es la casta novia que en vísperas de casarse perdió el bien amado galán y enloqueció ante el desgarramiento que le produjo el fracaso amoroso; otros cuentan que es la sombra doliente de una viuda que a la muerte de su esposo y quedar desamparada, llora por la angustia de ver a sus hijos hambrientos falleciendo en su presencia sin poder remediar su situación y con gritos desgarradores llora su miseria.
Otros refieren que es la mujer dulce y buena a quien el marido quitó la vida en un arrebato de infundados celos, que vienen a probar su inocencia.
Aquí en Guanajuato hay una versión particular que puede diferir: en tiempos de Bonanza minera cuando el dinero se gastaba con esplendidez, vivió la hija de noble familia rica y opulenta con todos los atributos que hacen bella y codiciable a una mujer.
Sus padres la procuraban con  singular esmero, pero  los hombres la cortejaban con  incansable galantería. En medio de esta lucha callada vivía esta linda criatura, hasta que un día por sorpresa, del balcón de su alcoba colgada encontraron una soga hacia la calle.
La sirvienta de La bella joven fue la primera en dar las voces de alarma y el lecho estaba intacto pero la alcoba vacía, mil conjeturas se hicieron en torno al suceso.
Pasó el tiempo y en una de las casas que dan a lo que fue el río de Guanajuato, hoy Calle Hidalgo, se le vió con un bulto pequeño envuelto en harapos. Al parecer la muchacha había quedado embarazada pocos meses atrás y acababa de perder a su bebé.
Desde entonces se cuenta que desde la desde la misma casa a las 12 de la noche sale una mujer vestida de blanco que camina por cantarranas hasta llegar a la iglesia. Allí deja el pequeño bulto que lleva y entonces, como espantada de su propia acción, exhala un alarido desgarrador hondo y largo que perfora los oídos y se posesiona de quién lo escucha.
Según la leyenda, noche tras noche se puede ver a La Llorona de Guanajuato caminar por las calles..
(Créditos a quien correspondan )

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