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El último beso

El último  beso
Hace muchos años cuando la ciudad aún no era llamada  como tal, cuando aún era una villa, vivió un joven de excelente presencia de estatura media, moreno, esbelto, pelo quebrado, nariz afilada y mirada profunda, muy trabajador, siempre acompañado de su más fiel amigo un perro color café que siempre lo seguía a todos lados.
Una tarde durante un paseo dominical en la plaza principal de león  conoció a una hermosa mujer de pelo largo ojos claros con una bella silueta que resaltaba más su vestido , pero su mayor atractivo era su boca, unos labios carnosos que dibujaban un corazón color rojo ardiente, se acercó y le dijo... buenas tardes como te llamas me gustaría conversar contigo si me lo permites...me llamo Alondra ...Así continuaron una charla que lo condujo a decirle algo que para nada le gusto a la recién conocida y es que el estaba comprometido, ella al saber esto le dijo que no quería saber más de él dando media vuelta y dejándolo ahi.
Pasaron los días y el joven se sintió muy mal por el desprecio recibido, armado de valor una noche fue a la reja de la casa de Alondra tocó a su ventana, abrió, y este le dijo ..no me desprecies por ti rompería cualquier compromiso te amo...pero esta lo rechazo ..esta bien no volverás a saber de mi pero solo te pido una cosa para calmar algo que me atormenta desde que te vi por primera vez, besame y no volveré a molestarte nunca... pero ella se negó amablemente ,hiriendolo aún más , el joven no dijo nada y en silencio se marchó caminando de manera pausada acompañado de su perro.
Esa noche ya avanzada la madrugada un toque de campanas despertaron a la muchacha como presagiando algo muy grave, en silencio recordó la mirada de aquel joven su buen trato, su voz y con un suspiro largo supo que ella también lo amaba con toda su alma.
Al día siguiente una movilización de familiares del muchacho se escuchó por las calles pues el joven no había llegado a dormir y lo andaban buscando , por cantinas hospitales y hasta en la iglesia donde miraron al sacristán rascándose la cabeza y mirando al campanario tratando de explicarse que había tocado las campanas la noche anterior si todo permanecía cerrado con llave.
Así continuaron toda la tarde buscándolo hasta que un campesino que pasaba por la calle con un burro acarreando leña les dijo que la noche anterior miro a un joven  con un perro dirigirse hacia el campo fueras de la ciudad , de inmediato se dirigieron a esa dirección caminaron ,caminaron asta que lo divisaron sentado a la sombra de un árbol ,su perro estaba a un lado custodiando el cuerpo sin vida de su amo pues esa noche había fallecido.
un doctor que lo reviso dijo que no había delito que perseguir muerte natural fue su dictamen pero cuentan que murió de amor,
al otro día lo sepultaron con mucho
dolor, la bella mujer a lo lejos lloro amargamente para después retirarse discretamente sin ser vista.
Esa noche un ruido de pasos en la calle la despertaron, eran unos pasos acompañados de un chasquido, ese chasquido eran también pasos pero de un perro , sobresaltada se asomo para ver , justo enfrente estaba el perro y a su lado una tenue presencia una tenue sombra,
sintiendo algo de temor e insertdumbre se regreso a su cama ,afuera un viento comenzó a zumbar entre los árboles percibiendo una frase a manera de lamento... beeesameeeeee.
Pasaron varias noches sucitandose el mismo suceso , hasta que un día la hermosa dama se dispuso ir a visitar la tumba de su amado y padirle perdón ,compro un ramo de flores, ya estando ahí un sentimiento de tristeza y amor se hizo sentir en su pecho, se derrumbó ante la tumba y a llanto abierto le pidió perdón le dijo que lo amaba y casi por instinto beso la lápida justo donde estaba  escrito el nombre del joven al hacerlo una leve y tenue lluvia baño su rostro la escena era tan trizte que la misma lluvia parecía ser el llanto de alguien que miraba desde el cielo.
Al cesar la lluvia la damita sintió una gran paz en su corazón .
Llegó la noche y una ves mas un rumor de pasos la despertó ,se levantó abrió la ventana ,y esta ves ahí estaba el joven tras de su reja ...solo vine a agradecerte por el beso de amor que me diste esta tarde en mi última morada, no te sientas culpable yo tenía que irme por que Dios así lo dispuso, gracias por liberarme. .. mientras decía esto se fue desvaneciendo hasta desaparecer, el perrito estaba sentado enfrente , de pronto se levantó moviendo alegremente la cola y caminando haciendo compañía a lo que solo el perro podía ver, en silencio caminaron por lo largo de la calle marchándose... esta ves para siempre.

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