Tristeza de Sonrisas

Por: Jesus Aguas

Era el cuatro de julio de 1917, cuando en la ciudad de San Juan de Los Lagos, vino al mundo José Refugio Brizuela Muñoz. Los vientos del destino, lo trajeron años después a esta ciudad, donde iniciaría su carrera profesional en lo que más le gustaba hacer. Payaso por nacimiento, alternándolo con otras actividades igual de generosas.
Estudió solo la primaria, pues debido a su hiperactividad y carácter, nunca pudo concentrarse en sus estudios, debido a las gracias que hacía en el salón delante de sus compañeros. Ya muy entrado en siglo pasado, por las calles de la ciudad se veía en las plazas hacer sus piruetas y juegos a la vista de todos, los niños sobre todo le rodeaban divirtiéndose de forma gratuita, con aquel hombre venido de los Altos.
A fin de cada ornada, descansaba en alguna de las bancas en la plaza principal, ya desde entonces era una persona sumamente sencilla y amable con quienes le rodeaban.
Voceador de periódicos, boxeador, novillero, cronista taurino y deportivo en el Sol de León, infinidad de actividades, que firmaba con su apodo de Cuco Brizuela. Y como payaso quiso nombrase Piolín, en honor y afecto al dibujo de la televisión.
Cierto día a la redacción del periódico en cuestión, legó con un cumulo de dibujos, pidiendo una oportunidad de publicarlos, y así fue admitido en la casa editorial. Estaba en la sección deportiva, donde el personaje era un León, y este se dibujaba mostrándose enojado o feliz según fuera el tema. Si el equipo había ganado o perdido, era el mismo estado de ánimo e su personaje.
Más adelante incursionó en el radio como locutor en programas para niños, "Alegría del mediodía" en la XELG, y La Hora Azul de los niños en la XELEO. Días aquellos en los que la audiencia era seguida por los niños, recibiendo una diversión sana y respetuosa. Tiempo después, colaboró en programas de televisión en el canal 10, al lado de toda una escuela de payasos, que gracias a él se formaron y muchos años fueron lo que eran con su ayuda. Fue reconocido por presidentes y gobernador, así como otros altos funcionarios, recibiendo varios grandes reconocimientos. Alternó con Manolo Fábregas y Katty de Hoyos, entre otras grandes figuras del cine y televisión nacional.
Los últimos años de su vida, no obstante fueron golpeados por los embates de ingratitudes y penas en su entorno. Penas y difíciles pruebas no le faltaron, pero todas una a una, las supo vencer con su bondad y temple, nunca demostró una sola de aquellas experiencias ante el público, esas eran solo para él.
Nunca quiso depender directamente de nadie, ya en ese entonces fuera de su vivienda vendía herramientas y otros enseres, de lo cual lograba parte de su sostenimiento.
La noche del ocho de diciembre de 1992, alguna razón tuvo para subir a la azotea de su casa, donde desde tiempo atrás vivía solo en la colonia San Antonio. Solo dos gatos eran su fiel compañía, y por no pisar a uno de ellos, perdió el equilibrio provocando una mortal caída.
Murió su cuerpo, mas no su legado, aquí se le sigue extrañando una generación que le vio formarse y divertirse, y nunca supo ni tuvo porque saberlo todo lo que su corazón guardaba. Sus restos fueron llevados en una emotiva ceremonia al Panteón San Sebastián, cuyo ataúd fue cargado por sus fieles compañeros, los payasos. 
DESCANSE EN PAZ.
FIN.