EL CORAZÓN DE LA CARCEL

Por: Jesús Aguas

El 25 de diciembre de 1924, en la cárcel municipal, un niño de disponía a beber de su atole servida como desayuno ese día. Las damas de la caridad, habían dispuesto una recepción a los hijos de los reos, que aquel día, hicieron su primera comunión. El menor de nombre José Guadalupe Hernandez, al intentar llevarse la taza a la boca, derramó la bebida sobre el mantel. Asustado imploró la ayuda del Sagrado Corazón para evitar un regaño. Al instante, la bebida, se recogió milagrosamente, formando la figura perfecta de un corazón humano. Luego del prodigio, los testigos dieron gracias a Dios. De inmediato, tomaron la reliquia, y la presentaron ante el padre Antonio Repiso, superior del Santuario de Guadalupe, quien no menos conmovido atribuyo un gran milagro. Posteriormente el mantel con la sagrada reliquia, fue llevado ante el obispo Valverde y Tellez, quien de la misma manera verificó el hecho. Muchos milagros se atribuyeron a la imagen grabada, la cual después de varios análisis, comprobaron la autenticidad. Era un verdadero corazón humano, según decían los médicos, con todas las venas y órganos con los que este se compone. El 13 de febrero de 1931, se levantaron las actas, y el prelado las envió a Roma, del cual tuvo conocimiento el Papa reinante Pio XI.
Se dice que aquella aparición, fue la primera de muchas, de las extrañas apariciones de corazones, en varios puntos de la ciudad, previos a la guerra cristera, y justo por el tiempo en que se levantó el Expiatorio. El mantel con la figura sagrada, permanece hasta nuestros días en las oficinas de la curia diocesana, como mudo testigo de la fe de un pueblo mancillado en aciagos años. Pueblo consentido de dios y su cristo, que no olvida a sus hijos, a pesar del mal pago.

FIN