Las Tullerías
“Tres franceses fundaron esta casa y trabajaron con éxito notable. A los diez años, más o menos, don Cayetano Etchegaray se encontró dueño de una fortuna que le permitía pasar el resto de sus días con todo desahogo, en su país y sin tener más necesidad de trabajar. A su solicitud la casa asoció a uno de sus dependientes más aventajados, otro francés y así continuó por algún tiempo hasta que llegó a su vez a Larronde (que era el apellido de otro de los socios) de retirarse y fue llamado a formar parte de la sociedad otro dependiente también francés. Así se iba renovando la compañía y sus negocios siempre caminaron viento en popa. Los últimos socios fueron don Martín Juan-Chute y don Enrique L. González, siendo éste el primer leonés que entraba a la firma”.
Finalmente don Martín decidió retirarse y regresar a Europa, así que vendió su parte a don Enrique y así quedó como dueño único de “Las Tullerías”.
Don Enrique provenía de una familia pobre del barrio de San Juan de Dios, sus estudios fueron pocos y no contaba con una gran cultura; sin embargo era muy trabajador y listo para el manejo de los negocios, así como para tratar con la gente de sociedad correspondiente a su posición económica, la cual se vio aún más beneficiada cuando recibió una cuantiosa herencia de un pariente que murió en Durango.
Los nuevos dueños invirtieron en el negocio y a inicios del Siglo XX lo trasladaron al nuevo edificio que acababa de construir don Luis Long en la esquina del Portal Aldama y que dejaba un pasaje en forma de escuadra que muy pronto fue llamado el Pasaje de Las Tullerías (hoy Pasaje Catedral).
Creditos: valledesenora.mx
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