La Mascara de Lucha Libre Nació en León!!!

Para los años 30’s, la lucha libre vería el inicio de algo importante. ¿Cuántos hemos escuchado la famosa “máscara vs cabellera”. Y no es para menos, ya que se volvería una frase popular entre el público.

No obstante, las luchas encontraron un nuevo motivo para encontrar temas interesantes y otorgar una nueva revolución, estamos hablando de las máscaras. Al menos en México, se volverían un ícono ejemplar para dar diversidad y elegancia a las luchas.

Fue cuando un luchador americano bastante conocido para ese tiempo, se trataba del “Ciclón Mackey”, quien se dirigió a Don Antonio para pedirle la creación de un antifaz, pero que tuviera la cualidad de que a sus contrincantes no les fuera tan sencillo arrancarlo de su rostro. Don Antonio percibió esta petición como un reto personal, así que tomó algunas medidas de la cabeza del luchador, y comenzó a trabajar en la petición. Se dice que la primer muestra que realizó don Antonio no dio la satisfacción esperada, así que el luchador decidió buscar por otros medios la creación de dicho antifaz, no obstante, al intentar buscar algunas otras soluciones, buscar con otros artesanos, no obtuvo éxito. Esto le hizo reconocer el trabajo de don Antonio, así que regresó, esta vez hizo la misma petición pero el resultado fue satisfactorio, Don Antonio crearía la primer máscara que haría historia y trascendería hasta nuestros días en el ring.

realizaría el programa “2 de 3 caídas” en el cual participaron varios jóvenes dedicados al arte urbano, es así que en el puente de Mariano Escobedo, se dedicaron a plasmar los rostros de luchadores que hicieron historia en las luchas, entre estos, El Santo, Blue Demon, Mil Máscaras, el Matemático, Fuerza Guerrera, Fishman, Rayo de Jalisco, Tinieblas, Místico, el murciélago Velázquez, Bobby Lee, inclusive, una pintura en homenaje a Don Antonio Martínez.

Para su inauguración, se realizó el evento alusivo a la ocasión, participando algunos grupos musicales y contando con la presencia del alcalde de la ciudad.

Por: Andrés Claudio