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Experiencia Inolvidable



La historia que ahora les contaré me ocurrió cuando yo apenas era una niña, en aquel tiempo yo tenía 11 años y vivía en el barrio arriba, yo tenía una vecina la cual tenía dos hijas de 3 y 5 años de edad respectivamente un día la señora me pidió que le ayudara a cuidar a sus hijas pues se sentía muy cansada yo pedí a mi mamá que me diera permiso de ir a cuidar a las pequeñas, ella accedió de modo que acudí a ayudar a mi vecina.

Ese día jugué con las niñas asta tarde pues no me importó mucho el horario ya que nuestras casas estaban una frente a la otra Y mi mamá estaba tranquila pues me daba mis vueltas para decirle que seguía con la señora Paty, ya entrada la noche le comenté que ahora si había llegado la hora de ir a mi casa a lo cual la señora me dijo que si y de su bolso saco 50 pesos me los dio y me dijo es tu pago espero que puedas venir la próxima semana.

Mis ojos se abrieron grandes como platos pues para una niña de mi época eso era un dineral, feliz llegué a casa y le comenté a mi mamá que ya tenía mucho dinero ella sonrió y me dijo "que bueno para que vallas ahorrando", llego nuevamente el fin de semana y me preguntaron si podía nuevamente ayudarle con las niñas a lo que apresuradamente dije que si.

Pasaron varios fines de semana en los que acudí a cuidar a las niñas, un día me pidieron que si podia ir dos o tres días por semana gustosa acepte después ya no sólo cuidaba a las niñas si no que me pedían que fuera a seguir al esposo de mi patrona y que les informará a donde se metía así lo hice por algunos días, después mi patrona me dijo que preguntará a mi mamá si me dejaba que las acompañara a casa de su mamá rápido fui a mi casa y pedí permiso al ser conocidas mi mamá aceptó y pues ahora cada semana nos ìbamos a casa de dicha señora.

Un día me asignaron ya un cuarto pues ahora desde el viernes saliendo de la escuela acompañaba a mi patrona con su mamá y nos quedábamos el fin de semana, en uno de tantos días note que en un canasto que estaba sobre el tocador estaba una muñeca pero era algo muy extraño pues estaba como triste o al menos yo notaba esa tristeza en la muñeca, yo con mi inocencia pensé que la muñeca estaba triste por que nadie jugaba con ella.

Así que decidí tomarla por un momento para jugar, pero al hacerlo me di cuenta que esta tenia la parte trasera de la cabeza llena de alfileres, se los quité Y algo me hacía sentir que ella estaba más tranquila, regresamos a casa, pasaron los días y nuevamente fui a cuidar a las niñas, para mi sorpresa la muñeca nuevamente parecía estar triste volví a tomarla y de nueva cuenta tenía la cabeza llena de alfileres.

Esto paso durante varias semanas, Y uno de estos días ya no Solo me pedían que cuidara a la niñas ahora también cuando el esposo de mi patrona salía me pedían que fuera a seguirlo y les avisará a donde se metía, cuando yo regresaba y le decía a las señora a donde se metía el patrón la mamá de mi patrona rápido se levantaba enojada y tomaba la muñeca muy molesta, yo no entendía el por que de su reacción, en una de tantas ocasiones que me pedían que siguiera al patrón me quedé un poco mas y vi que el sacó entre sus brazos a una mujer que lucía muy enferma me quedé atónita al ver que su cara reflejaba el mismo dolor de la muñeca en casa de la señora, fui corriendo a quitar los alfileres de la muñeca y la escondí, en realidad yo no estaba muy segura de lo que hacía pues era muy pequeña, pero ese día después de todo lo ocurrido la mamá de mi patrona insistió en que me quedara a dormir que las niñas me necesitaban, yo me sentía con bastante miedo cuando llegó la hora de dormir la verdad yo no quería que me diera sueño.

Cuando ya estábamos listos para dormir la mamá de mi patrona pregunto por la muñeca la cual yo había escondido la verdad tenia tanto miedo que preferí quedarme despierta y escondida de dicha señora la vi entrar al cuarto y escudriñar en donde normalmente tenia la muñeca pero al no encontrarla creo que se molesto tanto que dio un grito tan estremecedor que se erizo cada bello de mi piel y claramente vi como el rostro se le transformó de una manera aterradora así que salí corriendo a la calle y me metí a mi casa, después de ese día jamás regrese. 

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