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Historias de panteón

Mucho se habla, de las historias que entierran el panteón de San Nicolás. Más de de dos siglos de historia. Con mucho gusto les dejo esta que me encontré navegando por la red.
Espero les guste 😉
Panteón tiene leyendas escalofriantes
El sepulturero Salvador Aceves del Pante

Los restos más antiguos en la historia de ésta ciudad, se encuentran en el Panteón Municipal y corresponden al señor Francisco Juárez, sepultado el 25 de febrero de 1890, relató el panteonero Salvador Aceves Martínez.

La historia del Panteón Municipal encierra un sin fin de contrastes.

Un escenario tenebroso, rodeado de impresionante tumbas, leyendas, historias que iremos conociendo.

Cuentan escalofriantes leyendas

El viaje a este misterioso lugar, lleno de escalofriantes leyendas, en donde hasta el más duro de mente y corazón, se dobla ante la presencia de lo desconocido.

Lo que ha dado pie a testimonios, como lo es Salvador Aceves quién es uno de los once trabajadores de este cementerio.

Salvador tiene 13 años trabajando en el campo santo y relata que cuando ingresó, le tocaba barrer la primera sección del panteón.

“Una vez, yo andaba barriendo y se escucharon niños corriendo y jugando, me llamó mucho la atención y caminé hacia donde venían los ruidos, no encontré nada y seguí limpiando, los ruidos volvieron y regresé, pero ahora me percaté que las gavetas que estaban en el área eran de niños y angelitos, y eran sus espíritus los que se escuchaba”.

La sección antigua, es la zona que más miedo causa en los visitantes, al llegar, se siente la sensación de frío y misterio.

El trabajador nos comentó que el panteón ha sido escenario para maleficios, pues segura que se han encontrado muñecos, fotografías con alfileres que la gente va y entierra para afectar a otros, costales de chivos muertos, gallinas negras sin cabeza.

“Llegamos a encontrar una rueda y en medio una estrella, rodeada de cal y velas, botellas de alcohol que rosearon para encender la estrella, la gente nos decía que veían a muchachos vestidos de negro y se metían por la barda antigua, entraban y hacían sus maleficios”, recordó don Salvador, mientras señalaba la tumba que escogían para ser sus conjuros.

Años más recientes Salvador estaba realizando sus labores, cuando una mujer de edad avanzada y con reboso, se le acercó y le preguntó por una tumba.

“Voltee, para señalarle por donde se encontraba y al regresar la mirada en dónde estaba, ya no había nadie, no me explico cómo desapareció tan rápido siendo una viejita”.

Durante el recorrido también, se pueden observar tumbas ostentosas y elegantes, como la de la familia Sánchez, la familia Tomé e Irastorza Garmendia, elaboradas de cantera y refinados materiales, siendo éstas muy atractivas para los visitantes.

Otra de las tumbas, más fácil de ubicar es la del Ángel, que se encuentra sobre el camino principal.

Se dice que por las noches, el Ángel sale a volar y se escuchan por todo el panteón los aletazos.

“Por las noches han visto a un hombre alto, con ojos de color azul, que empieza a caminar por el campo santo, sin hablar sólo observa su alrededor, hasta terminar volando sobre el panteón”, aseguró el panteonero.

A un lado de este enigmático personaje, se encuentra el Ángel del Silencio, se dice que este ángel se le aparece a las personas que no guardan respeto y tranquilidad en el cementerio, a quienes les hace la seña de silencio.

Una parada que se debe hacer, es en la tumba del soldado, ahí descansa Adolfo Taboada Rivera, quién estuvo en Vietman.

Cuentan que por las noches, se le ha visto marchando, además es el favorito de las mujeres quienes acuden a bañarlo y limpiarlo.

También le pintan la boca, e incluso hay mujeres que se han subido a la mesa, donde reposa su mano derecha para bailarle y convivir con él.

Sin embargo, se ha vuelto milagroso para algunos, quienes en agradecimiento le han dejado rosarios, flores y hasta juguete en su tumba.

Otra de las tenebrosas historias es la de la tumba del niño Mauri, quién murió el 9 de abril 1983.

“Han venido jóvenes que se encuentran juguetes tirados cerca de la tumba de Mauri, normalmente los dejan sobre o cerca de su tumba pensando que son de él, pero son tantas personas que nos han dicho lo mismo, que nosotros ahora les decimos que Mauri es un niño muy travieso y juguetón que quiere jugar con ellos”.

Similar al caso de la niña Blanquita, fallecida el 19 de octubre de 1982.

Sus restos, se encuentran descansando en una tumba que tiene gaveta llena de juguetes y que además sus familiares, le adornan de acuerdo a la ocasión y que sólo ellos tienen llave para abrir.

Tal ha sido su sorpresa, que ya van varias veces que acuden a visitarla y se encuentran con los juguetes desordenados, por lo que se dice que la niña por las noches se levanta y se pone a jugar.

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