La leyenda de la Danza del Torito
Diversas versiones coinciden
en que la Danza del Torito llego a León a mediados del siglo pasado proveniente
de Silao y Romita. Esta danza recupera símbolos de la colonia y de las
haciendas. Los investigadores apuntan a la Hacienda de Chichimequillas como
detonante: durante el herrado un toro se salió de control y generó su
coreografía.
Los personajes tradicionales de la danza son: el toro, el
caballito, la mulita, la maringuía (o tamalera), la borracha, el jorobado
(jorobante o moco), el ermitaño ( o viejito), el diablo y la muerte. Lugo se incorporó
otros como el indio, la viejita o los charros (o monjes). La música de la Danza
del Torito se ejecuta con tambor y flauta.
Y se conocen como jarabes a cada una de las melodías que
acompañan a los personajes. En León es común ver grupos de esta danza que sólo
utilizan el tambor ya que son escasos los ‘piteros’ (ejecutantes de flauta).
Cada personaje tiene su jarabe y pasos característicos (aunque ha disminuido la
ejecución de la variedad de piezas musicales así como los pasos). En el caso
del tambor, su forma de tocarlo en León presenta variantes en comparación con
Silao y Romita.
El hacendado (Caballito) entra a escena y trata de atrapar al
Toro, como no puede llama al caporal (Mulita). Este tampoco lo consigue y
aparece la Maringuía (hija del hacendado), que intenta tranquilizar al toro
bailándole sensualmente. Tampoco lo logra y aparece la Borracha (nana o parte
de la servidumbre), que baila y le ofrece bebida.
No tiene éxito y entra el Jorobante (hechicero o mago) para
tranquilizar al Toro. Fracasa y le sigue el Viejito, que le muestra un gran
rosario con un crucifijo. Luego llega el turno del Diablo, que hace todo lo
posible para que el Toro embravezca. Al final llega la Muerte, que finalmente
podrá vencerlo.
Luego de que los personajes aparecen uno a uno, sigue la
‘rejolina’ o ‘revuelta’: la entrada de los personajes que bailan y enfrentan al
Toro, que los persigue en un ambiente chusco. Todo termina cuando el animal los
derriba, excepto a la Muerte, que que logra vencerlo. Esta danza está muy
ligada a las fiestas patronales, no por un sentido ritual o de misticismo, sino
por su función festival. Es una forma de avisar de que en cierta colonia se
llevará a cabo una fiesta patronal.
El sonido del tambor, de la flauta y el tronido del chicote son
reconocidos por la gente como anuncio de fiesta. Los miembros de la Danza del
Torito llegan a las fiestas temprano y luego de entrar al templo (si los dejan)
bailan por las calles y descansan para comer. Por la tarde hacen cambio de
vestuario para lucir el más vistoso e interpretan sus mejores bailes y jarabes.
Bailan toda la tarde antes de la misa principal. En León también los contratan
para fiestas particulares, bodas y quince años.
Hasta hace poco las máscaras se elaboraban con madera de patol.
Ahora en su mayoría se hacen de fibra de vidrio: más resistentes y fáciles de
reparar. Y casi todas provienen de Silao, donde se mantiene esta tradición
artesanal.
En
León hay grupos de la Danza del Torito en San Juan Bosco, Los Castillos, La
Noria, El Paraíso, Joyas-Rizos, La Merced, San Felipe de Jesús, La Selva,
Cerrito de Jerez y Cañada del Real. Los grupos están conformados por niños,
jóvenes y adultos. Cuentan en promedio con 15 integrantes, que suelen ir de un
grupo a otro, ayudándose a bailar el Toro o ciertos personajes. En su mayoría
están integrados por personas de bajo nivel económico que tienen obtienen así
un ingreso extra.
MUY INTERESANTE
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